Libertad Diario
ARMA POLITICA EN TIEMPOS ACIAGOS, LA VERDAD
Guillermo Fabela Quiñones

Seguiremos siendo vecinos del país que se fundó para engrandecer sus fronteras, sin límites geográficos, hasta el fin de los tiempos. Tan malhadada circunstancia ha sido nefasta, no sólo para nosotros los mexicanos sino para todo el sur del continente. Al paso de los años, a la par del poderío de su sistema económico y político, creció la disparidad con las naciones latinoamericanas, y con ello también su soberbia y el afán de dominación sobre los pueblos de la Patria Grande. Nuestro empobrecimiento fue exponencial, en el siglo pasado, por la explotación de sus recursos naturales al amparo de gobiernos títeres impuestos por Washington. Hoy esta realidad es un flagelo para el cual la Casa Blanca no tiene otra solución que volver a blandir el “gran garrote”.
Esto se acaba de evidenciar con el discurso del magnate Donald Trump en un mitin político con el que propiamente da inicio a su campaña de regreso a la Casa Blanca en 2024. Recordó que en junio de 2019 amenazó al gobierno mexicano con imponer aranceles a importaciones mexicanas en el caso de que no se “blindara” la frontera para frenar la migración. En esa ocasión, con la arrogancia que lo caracteriza, exigió al canciller Marcelo Ebrard que se desplegaran 28 mil soldados, “gratis”, en nuestras dos fronteras, además de implantar el programa “Quédate en México”. Rememoró, ante el entusiasmo de sus partidarios, que en un principio Ebrard se opuso, pero horas después lo llamó para decirle que ´sería un honor´ acceder a su demanda.
“NUNCA HE VISTO A NADIE DOBLARSE ASI”: DONALD TRUMP

La algarabía de sus simpatizantes se desbordó, como lo demostraron las cámaras televisivas que transmitieron el mitin, de un modo que no deja duda sobre el sentir de los llamados supremacistas blancos, cuyos carteles con la frase Save America, revelan plena coincidencia ideológica con Trump, quien sin ningún embozo afirmó: “Nunca he visto a nadie doblarse así”, refiriéndose al canciller Ebrard. Dos días después ya estaba cumplida su instrucción en las fronteras mexicanas, y hasta la fecha el programa “Quédate en México” se mantiene con fuertes problemas en ciudades del norte y del sur que la población ha debido enfrentar con imaginación y solidaridad.
Las declaraciones, en días pasados, de la embajadora emérita Marta Bárcena, en ese año representante de nuestro país en Washington, en torno a las posibilidades que se tenían para arrostrar las majaderías de Trump, son aleccionadoras porque van al meollo del asunto. Dijo: “Creo en una diplomacia cada vez más transparente, y creo que los mexicanos somos lo suficientemente inteligentes para que se nos hable con la verdad, con los riesgos que hay siempre, y que se vaya dejando de lado una demagogia populista de envolverse en la bandera sin llevar a cabo acciones concretas en la defensa de México y de los mexicanos”.
Le sobra razón al hacer tal señalamiento, sobre todo en este momento histórico en nuestro país, caracterizado por anteponer la “demagogia populista” a los hechos que manifiesten una elemental voluntad de comprensión de la realidad social, lo cual implica no tenerle miedo a la verdad. Nada es más revolucionario que la verdad, pues sólo mediante ella se pueden diagnosticar problemas y buscar soluciones con objetividad y ánimo de seguir adelante. No importa que la verdad reste popularidad a quien la esgrime, pues no siempre endulza los oídos de quien espera escuchar palabras que mitiguen temores e inquietudes.
SON UN SINSENTIDO PALABRAS SIN SUSTENTO EN LA REALIDAD

Con respecto a la relación bilateral con Estados Unidos, independientemente del partido que esté en el poder, la dramática verdad es que siempre debemos mantenernos alertas, no para enfrentarnos al gigante insensible, sino para no dejarnos engañar con palabras llenas de ardor patriótico, pero carentes de contenido y sustento en la realidad. En la reciente entrevista en Internet, la ex embajadora Bárcena comentó que había alternativas, entre ellas enfrentar la amenaza de Trump; en la embajada se tenía ya un plan en respuesta a tan ofensiva actitud del magnate metido a político; no fue aceptado.
En la “mañanera” del pasado lunes, el presidente López Obrador restó importancia a las balandronadas del ex inquilino de la Casa Blanca, las colocó correctamente en el marco del proceso electoral que se avecina en Estados Unidos y concluye en noviembre de este año. Ante el comentario de Trump, de que el mandatario mexicano es “un socialista que le simpatiza”, López Obrador reviró que también le tiene igual simpatía “aunque sea capitalista”. Aprovechó para exhortar a la población de origen hispanoparlante que reside en la súper potencia, a que castigue con su voto a los candidatos que quieran aprovechar con dolo el tema de los migrantes en sus campañas. “No permitiremos que traten a México como piñata”, afirmó. Luego anunciaría que el viernes 29 tendrá una conversación telefónica con el presidente Biden. Sale sobrando puntualizar que el mandatario mexicano no tiene un pelo de “socialista”.
OCULTAR LA VERDAD SOLO SIRVE A LOS ENEMIGOS CONCRETOS

Cabe reafirmar que nunca han sido tersas las relaciones bilaterales, y nunca lo serán, menos si aumenta la complejidad global derivada del imperativo del Grupo de los Siete de mantenerse a la ofensiva ante el crecimiento exponencial de China, y la firmeza del Kremlin de no permitir más abusos de la OTAN, su brazo armado. En vez de que esta situación ayudara a un trato más civilizado y solidario de Washington a Latinoamérica, parece que será todo lo contrario, como se advierte por la terquedad de seguirnos viendo como su “patio trasero”, sin un mínimo respeto al imperativo humanitario de frenar, aunque sea temporalmente, su sed de dominación sobre los pueblos de la Patria Grande.
En esta dramática coyuntura geopolítica, un arma muy poderosa es la verdad; ocultarla sólo sirve a los intereses que se han aprovechado, todo el tiempo, de nuestras debilidades, falta de organización social y absoluta irresponsabilidad de las élites. Comprenderlo es vital para quienes están en posiciones de indubitable compromiso histórico. Como dijo la embajadora Bárcena, “los mexicanos somos lo suficientemente inteligentes para que se nos hable con la verdad”. En este momento la demagogia es contraproducente, además de obsoleta.
MemoF.Q@hotmail.com
Twitter: @VivaVila_23

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