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PASOS FIRMES HACIA LA POBREZA FRANCISCANA

Guillermo Fabela Quiñones



En abierta contradicción a su dicho de que la prioridad del gobierno que encabeza es “primero los pobres”, el presidente López Obrador ha reiterado que la estrategia económica en lo que resta del sexenio es dar curso a la “pobreza franciscana”, con acciones que se han puesto en marcha de manera tajante. Según la reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, han sido despedidos de su trabajo en el sector público un total de 561 mil 892 personas, una caída de 20 por ciento con respecto al cierre de junio de 2021.

Se afectó básicamente a las secretarías de Energía, la del Bienestar y la de Economía, con caídas en su gasto programable de 95.6 por ciento, 40 por ciento y 22.6 por ciento, respectivamente. En términos reales han desparecido en un año uno de cada cinco empleos en el gobierno federal. Esto significa que uno de cada cinco hogares de esos desempleados vio reducido su nivel de vida de modo drástico en un año, cuando se requería mayor apoyo por la emergencia de la pandemia de Covid-19 y la insuficiencia del sector público para atenderla conforme a su gravedad.


¿NO DEBE HABER GOBIERNO RICO CON PUEBLO POBRE?



Tal situación contrasta con el impulso a las obras emblemáticas del sexenio, las cuales no han resentido recorte presupuestal sino al contrario, como es fácilmente comprobable. Esto tendría justificación si las mismas tuvieran un efecto multiplicador de corto plazo, que aliviara los problemas derivados de la emergencia sanitaria, pero no es así porque su alcance es muy limitado, sólo repercute en las regiones en que se llevan a cabo. El mandatario explicó que “cuando hablamos de pobreza franciscana es porque no debemos relajar la disciplina, porque no puede haber gobierno rico y pueblo pobre, y vamos a seguir ahorrando, que no haya dispendios”.

Sin embargo, la realidad es que la pobreza heredada por los gobiernos del pasado se acrecentó en 7.3 por ciento de acuerdo con el Coneval, mientras la Cepal indica que la población en pobreza extrema tuvo un incremento de 7 a 8 por ciento entre 2018 y 2020, al pasar de 8.7 a 10.8 millones de personas, lo que ubica a nuestro país como el quinto más pobre de la región hasta el mes de junio. En consecuencia, se puede afirmar que no se ha cumplido su promesa sino que incluso se va a profundizar la desigualdad que nos legó el neoliberalismo y continúa profundizándose.

Según la visión del Presidente, “crecimiento es que haya riqueza, pero no significa necesariamente que se distribuya. En el tiempo que nosotros llevamos… si hemos tenido una mejor distribución del ingreso, de la riqueza, o sea menor desigualdad; no debemos apostar a un país desigual con un grupo que lo tiene todo, mientras otros seres humanos carece de lo más indispensable”. La realidad vuelve a desmentirlo, pues en la práctica no se observa cambio favorable que indique una menor desigualdad, flagelo que no se va a corregir con los programas del “bienestar”, por más aumentos que tengan en lo que resta del sexenio, como lo anunció formalmente.


CHINA ABATIÓ LA “POBREZA FRANCISCANA” EN CUATRO DECADAS



La riqueza la siguen acumulando los mismos beneficiarios de la tecnocracia neoliberal, gracias a las obras emblemáticas del sexenio, ahora con la garantía de que no sufrirán mermas ni desvíos por la participación decisiva de las Fuerzas Armadas en calidad de subcontratistas, contralores y proveedores de mano de obra que le cuesta al erario. En contrapartida, el pueblo debe seguirse conformando con las dádivas que pomposamente denomina el mandatario como Programas del Bienestar, cuyos resultados al final del sexenio no se traducirán en menor desigualdad sino en más pobreza estructural.

La ya ratificada por el Senado nueva embajadora de México en Chile, la doctora Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Cepal hasta junio de este año, en su documentado ensayo para el libro China y el futuro de la humanidad. Liderazgo, ciencia y geopolítica, contrasta el acelerado crecimiento real de China con la pobreza y desigualdad que amenazan a los pueblos latinoamericanos. Describe con estadísticas científicas cómo el país asiático, en cuatro décadas pasó de ser un país en desarrollo de ingreso bajo a ser la segunda economía mundial, y de 1.6 por ciento del PIB en 1980 en el año 2020 alcanzó un asombroso 17.9 por ciento.

Puntualiza la hoy embajadora: “La pandemia ha fortalecido posturas que van en contra de la ortodoxia económica: 1 Políticas fiscales y monetarias expansivas, con una inversión pública significativa (por ejemplo, los 750 mil millones de euros del plan de recuperación NextGenerationEU o los 1.2 billones de dólares del plan de inversión en infraestructura de Estados Unidos). 2 nuevos enfoques respecto del mercado laboral, el bienestar y las políticas productivas. 3 orientaciones sectoriales con énfasis en la sostenibilidad y la mitigación del cambio climático, la política industrial, la inversión en ciencia y tecnología, y una mayor suficiencia nacional o regional”.


SIN OPORTUNIDADES DE MOVILIDAD SOCIAL NO HAY DESARROLLO



Nada que ver con lo que está haciendo el gobierno federal en materia de políticas encauzadas a superar no sólo el decrecimiento real del neoliberalismo, sino de propiciar un cambio estructural de fondo que permita restablecer la productividad perdida por haber descartado la tecnocracia la rectoría del Estado en la economía, factor esencial durante el llamado “milagro mexicano” que permitió un crecimiento promedio anual de 6 por ciento de 1950 a 1970, sin escaladas inflacionarias. En ese lapso se creó un sólido muro social con el fortalecimiento de las clases medias que antes estaban en situación de pobreza.


En aquellos años la educación y la cultura fueron vitales para la gobernanza del sistema político en su conjunto, caracterizado por firme control de la ciudadanía en lo político, situación que se compensaba con oportunidades de movilidad social prácticamente ilimitadas con el apoyo del Estado. Ahora estos factores no cuentan en el proyecto de la Cuarta Transformación, como lo vemos cotidianamente. Esto es muy grave pues como afirma el doctor Heinz Dieterich: “Comprendida científicamente, la cultura es -junto con la economía, la política y lo militar- una de las cuatro relaciones sociales básicas y de poder que constituyen la sociedad humana”. (China y el futuro de la humanidad. Liderazgo, ciencia y geopolítica).

En consecuencia, lejos de lo que afirma el mandatario, el pueblo -sólo las clases mayoritarias-, camina a grandes zancadas hacia la “pobreza franciscana”, con todos los males que esto implica en cuanto a desarrollo social, más oportunidades para las nuevas generaciones, inserción del país en un mundo que camina a pasos acelerados hacia la innovación tecnológica y científica. Cabe la pregunta: ¿Sabrán las élites del poder económico y financiero los costos que a mediano plazo esto representará para sus propios negocios? Tal vez no, en cuanto que sus think tanks están contratados para evaluar el comportamiento del mercado en el corto plazo. Esto justifica la soberbia de magnates como Ricardo Salinas Pliego y Germán Larrea.


MemoF.Q@hotmail.com

Twitter: @VivaVilla_23

Los artículos e ideas aquí plasmados, son responsabilidad de los autores y no corresponden necesariamente con el criterio editorial de ciencialibertad.org


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