Libertad Diario
MUESTRARIO DE FRUSTRACIONES NUESTRA HISTORIA PATRIA
Guillermo Fabela Quiñones

La historia de México es un muestrario de frustraciones que no parece tener fin, como lo vemos actualmente luego de que la ciudadanía dio su voto a favor de la esperanza por un futuro mejor. Más de tres años han transcurrido y el resultado es por demás descorazonador: no se han podido cumplir las expectativas esperadas. Tal afirmación la avalan hechos que no tienen que ver con la pandemia, la guerra en Ucrania ni mucho menos las presiones de cúpulas oligárquicas, tanto del país como de otras naciones, sino con los compromisos históricos del sistema y los propios con los que llegó a la Presidencia el actual mandatario.
Son estos los que lo atan al incumplimiento de sus promesas de transformaciones estructurales que colocarían a nuestro país al nivel de las más conspicuas democracias occidentales. Tenía muy claro que no podría tener avances significativos en el proyecto que prometió cumplir para construir los cimientos de una nueva sociedad, con democracia participativa, con cero nivel de impunidad, justicia social y defensa de la soberanía; por eso, él mismo se convirtió en su principal obstáculo con su estilo personal de gobernar, que le ha dado la razón a sus adversarios.
NADA ESENCIAL HA CAMBIADO EN NUESTRO LARGO PEREGRINAR

Es preciso insistir en este punto, tal como en su tiempo lo hizo don Daniel Cosío Villegas, por la importancia que tiene en el sistema político mexicano la presencia del “Tlatoani”, independientemente de su origen de clase, de partido y de convicciones. Aunque el modo asiático de producción que caracterizó a la civilización azteca, haya sido diferente al traído por la Colonia, muy poco ha cambiado en el largo transcurso de nuestra historia como nación: el legado de los emperadores aztecas fue aniquilado por el poder virreinal; el de la Independencia se frustró con la amalgama de intereses entre criollos y españoles, el cual posteriormente se hizo polvo con el surgimiento de Estados Unidos como nación cuáquera con un “Destino Manifiesto” que les daba derecho a posesionarse de todo lo que estuviera a su alcance, y finalmente el sueño de los liberales se hizo polvo durante la dictadura porfirista.
En la actualidad, luego de cuatro décadas de una economía global bajo el mando de magnates empresariales y financieros con ambiciones y visión inagotables, las cuales compactaron en la doctrina del neoliberalismo, es impensable una liberación absoluta de esos intereses que lograron una hegemonía sin paralelo durante el lapso en que los gigantes ruso y chino estuvieron fuera del escenario internacional. En este momento, con el endurecimiento de las relaciones entre los dos grandes bloques surgidos luego del despertar insospechado de ambos gigantes, el bloque que integra a México con Estados Unidos y Canadá no deja espacio a más negociaciones que las pactadas en el TMEC. La defensa de la soberanía debe darse con una sociedad activa, consciente, responsable, no con palabras vociferantes.
MANIPULACION DE LOS QUE MENOS TIENEN, FORMULA MAGICA

Esto lo sabe el presidente López Obrador mejor que nadie; sin embargo, lo que más parece importarle es su paso a la historia como “el mejor presidente de México”, fundamento central de su proyecto político. Desgraciadamente, su personalidad no le permite seguir el camino más difícil, pero el único efectivo para conseguir avanzar hacia sus metas. Desde el inicio de su carrera tuvo muy claro que la manipulación de la gente era la fórmula idónea para alcanzarlas. Hasta la fecha le ha dado magníficos dividendos, gracias sobre todo al analfabetismo funcional de “los que menos tienen”.
Con todo, es impensable que tal mecanismo sea perdurable, mucho menos en condiciones tan adversas como las que estamos viviendo en los aspectos más relevantes de nuestra realidad. De ahí que ahora haya echado mano a un recurso que da muy buenos resultados, en circunstancias similares en todas las latitudes del orbe: el exacerbamiento de la demagogia nacionalista. Este funciona cuando existen condiciones objetivas concretas que lo avalan, y cuando son las masas las que impulsan un movimiento que hace suyo el jefe del Estado, como fue el caso en el sexenio del presidente Cárdenas, en una interrelación espontánea que va creciendo.
SI LA DEMAGOGIA ES PREDECIBLE PIERDE PRONTO SU EFICACIA

Ahora no es el caso, tanto por la complejidad de nuestras circunstancias como país plagado de frustraciones, de amenazas de mayor inseguridad y violencia, de incertidumbre económica y más reducido espacio para salir del túnel en que nos metió el neoliberalismo, el cual ha socavado aún más el propio mandatario en su afán de quedar bien con los dos bastiones enfrentados en una lucha de clases en la que no puede ser el fiel de la balanza, porque desde un principio se inclinó -en los hechos-, del lado del gran capital, mientras que el otro, manipulado en exceso sin resultados positivos, está condenado a “pagar los platos rotos”.
En consecuencia, las mañaneras se han convertido en un show cada vez menos interesante, en términos políticos, por lo previsible de la demagogia utilizada por el mandatario, sin otra finalidad que mantenerse a la defensiva de los reclamos de los diversos sectores afectados por un gobierno proclive al devaneo oportunista. Podrá decirse lo contrario, pero la realidad marca la diferencia: el neoliberalismo se mantiene firme como instrumento económico para salvaguardar los intereses de las cúpulas del empresariado y del sector financiero. De ahí su acercamiento cada vez más obvio a éstas, mientras por otro lado crece su alejamiento de las organizaciones sociales progresistas y de los sectores productivos en sus bases sociales.
MORENA EN PLENA DEBACLE PORQUE ASI LO QUIERE SU FUNDADOR

Esto explica por qué, en el lapso que Morena está en el poder como partido dominante, jamás se han hecho mínimos intentos por crear conciencia política entre los diferentes estamentos de base, sobre el rumbo que supuestamente nos podría conducir a la llamada Cuarta Transformación. Al contrario, para ellos han sido cerradas las puertas de Palacio Nacional, siempre abiertas a las cúpulas del poder económico y financiero, incluso para reuniones insulsas, como la cena para solicitarles apoyo al sorteo de la Lotería Nacional a celebrarse el 15 de septiembre.
En cambio, los maestros siguen viviendo con la promesa, hasta ahora incumplida, de que sus emolumentos serían pagados en salarios mínimos, no en la Unidad de Medida y Actualización (UMA) como se continúa haciendo, con un sindicato al servicio del gobernante no de sus agremiados, como debería ser el caso en el nuevo régimen que pregona trabajar por una democracia participativa. Los trabajadores del sector minero en iguales condiciones que en el régimen del PRIAN, y las clases medias empujadas a una condición que los obliga a ser “aspiracionistas” cada vez más firmes en su malestar contra el mandatario.
Lo más calamitoso, bajo cualquier punto de vista, es la condenación a que las clases mayoritarias bajen al nivel de “pobreza franciscana”, cuando es ostensible que las élites siguen viviendo en la opulencia neoliberal, incluidas las altas capas de la burocracia, con salarios inimaginables para el trabajador común. Para colmo, con el partido Morena en plena debacle por las ambiciones de sus dirigentes, con la autorización de su fundador, que ahora lo utiliza como bastión de su proyecto personal.
Twitter: @VivaVilla_23

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