Guillermo Fabela Quiñones
Las fiestas patrias de este año, cierran el círculo en que el presidente López Obrador pudo moverse con amplio margen para impulsar la construcción de un régimen blindado a las presiones de la sociedad por alcanzar una democracia realmente participativa. Lo que venga en los meses subsecuentes será una lucha más firme entre las fuerzas dentro de Morena que tienen la obligación de apoyarlo, por mera conveniencia, y las que no pierden la esperanza de hallar los medios de evitar que el movimiento que lidera se convierta en lo que advierten ya Evo Morales y José Mujica: un cacicazgo pernicioso.
Como invitados a las ceremonias conmemorativas de este mes de septiembre, ambos ex mandatarios coincidieron en “sugerir” a Morena “no abandonar al pueblo”. El ex mandatario uruguayo, en conversación con Mario Delgado, le recordó: “La Historia humana no la cambian los caciques, sino el pueblo. Los caciques son como generales sin tropa, jubilados” (La Jornada, domingo 18). La realidad es la maestra insuperable de la vida, no seguir sus enseñanzas es lo que ha llevado a los pueblos a sufrir tantos descalabros, y a quienes surgen como sus guías a desviarse del camino y entramparse en un lodazal que acaba tragándoselos.
MORENA SE CONSOLIDA COMO FUERZA POLITICA GATOPARDISTA
En el tercer Congreso Nacional Ordinario de Morena, el pasado fin de semana, se dio un firme paso adelante para que la organización que contó con el mayor apoyo de un pueblo harto de tanta injusticia y abusos de una oligarquía insaciable, logre la confianza plena de las cúpulas del poder económico y financiero, en detrimento de sus objetivos iniciales y la pérdida de rumbo para flotar según convenga conforme a los intereses de minorías que temían perder privilegios, pero ahora respiran al percatarse que su “normalidad”, reforzada por los tecnócratas neoliberales, seguirá estando en manos confiables.
Se reformaron los estatutos una vez integrado un Consejo Nacional idóneo para cumplir los ordenamientos del liderazgo real, integrado por cien mujeres y cien hombres del partido, más otro centenar de dirigentes regionales y militantes destacados. En lo sucesivo, el presidente del Consejo Nacional será el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, quien relevó a Bertha Luján. Esta agrupación de notables nombrará a su vez una comisión encargada de elaborar el Proyecto de Nación para Profundizar la Transformación 2024-2030.
PUNTO FINAL A INNECESARIAS DESAVENENCIAS DESGASTANTES
Para cumplir mejor su cometido, es decir centralizar más el poder, se avaló la reducción de las secretarías del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de 21 a sólo 12. El presidente formal del partido se reservó el derecho de nombrar a los titulares de las secretarías de Organización y Finanzas, nombramientos que fueron una ratificación de los mismos que ocupaban ambas carteras: Alejandro Peña, quien ya venía realizando labores como operador político de Mario Delgado, y Javier Cabiedes, quien cumplía ya funciones en el área responsable del manejo pecuniario.
Para evitar futuras discordias desgastantes en ambas cámaras del Congreso, a fin de que las élites empresariales tengan la confianza que siempre usan como argumento irrevocable para adelantar negociaciones fructíferas en Palacio Nacional, las aguas procelosas en estos tiempos huracanados y de fuerza telúrica se calmarán poniendo punto final a las supuestas desavenencias con la cúpula priísta. La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, semanas antes irreductible adversaria de Alejandro Moreno, Alito, hasta lo felicitó públicamente por su postura respecto al tema de la Guardia Nacional: “Que bueno que hoy actuó con responsabilidad, eso vale, eso cuenta”.
AJUSTES PARA UNA SUCESION PRESIDENCIAL CONSENSUADA
Ni el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana, Plutarco Elías Calles, lo hubiera hecho mejor en sus buenos tiempos de líder indiscutible del grupo que se hizo del poder con el apoyo de los intereses dominantes, a partir de las ambiciones de Álvaro Obregón ya enterradas, literalmente. Ahora las fuerzas armadas controlarán el doble de recursos que en 2018. Es cierto, no reciben más asignaciones presupuestales directas, pero la operación de aduanas, puertos y aeropuertos, más las de la Guardia Nacional, sus recursos pasarán de 112 mil 327 millones de pesos, a 226 mil 309 millones en el 2023.
La mal llamada cuarta transformación avanza tal como lo preveían sus estrategas, conforme al manual que Marx calificó como “bonapartismo”. De aquí en adelante viene la cuesta de los ajustes para la sucesión presidencial, que se anticipa tersa para las élites y muy escabrosa para las clases mayoritarias al enfrentarse cada día a una realidad dramática que contradice el optimismo presidencial y patentiza que el fantasma del neoliberalismo sólo cambió de ropaje. Para disfrazar el contenido del drama, el Instituto Nacional Electoral (INE), organizó un evento rimbombante: “Cumbre de la Democracia Electoral”, con el objetivo de “detonar una reflexión institucional mundial en defensa de la democracia”.
ENTE DISTRACTOR (INE) DE PROBLEMAS VITALES PARA EL PUEBLO
Aunque supongan que tal embuste encontrará eco entre las élites, toda vez que su objetivo es “alertar sobre un avance de prácticas autoritarias en perjuicio de las democracias y contra la autonomía de los organismos comiciales”, lo único que lograrán es distraer sobre los temas cruciales para el pueblo: la desigualdad, la marginación, la inflación, la violencia y la descomposición social. Quedará en evidencia, una vez más, que a la cúpula del INE sólo le interesa defender sus privilegios indebidos, que el rumbo que tome la democracia es un tema de ciencia ficción, o de surrealismo.
No es perder el tiempo señalar que el sistema político causa más daños económicos que los sismos que se empecinan en mostrar su fuerza los días 19 de septiembre. Vale como ejemplo lo que acaba de informar la Auditoría Superior de la Federación: el nivel de endeudamiento de estados y municipios ascendió, al segundo semestre de este año, a 643 mil 565 millones de pesos. El sistema financiero no se queda atrás, en su beneficio: sus utilidades en los últimos siete meses crecieron 36 por ciento al sumar 130 mil millones de pesos.
Tales cifras patentizan que México cuenta con recursos suficientes para enfrentar el subdesarrollo que no cede. Sin embargo, pasan los sexenios y en vez de que la situación mejore, caminamos en reversa. Lo más frustrante, para las clases mayoritarias, es que para el 2024 sus expectativas no se verán cumplidas, no porque así lo quieran los conservadores y reaccionarios sino por un gobierno que, como se aprecia cotidianamente, en los hechos está abandonando al pueblo, palabras presagiosas del ilustre estadista uruguayo.
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