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  • Foto del escritorLibertad Diario

LAS PARADOJAS DEL ENCUENTRO CON TRUMP


Guillermo Fabela Quiñones


La reunión del presidente López Obrador con su homólogo en la Casa Blanca, confirma dos concepciones del quehacer público del mandatario mexicano: congruencia ideológica democrático-burguesa y bien moldeado pragmatismo, que le permiten adaptarse a circunstancias, por complejas que sean, para lograr sus propósitos políticos. Amplia demostración de ello se vio en su visita a la Casa Blanca, reto del que salió tan fortalecido que sus enemigos tendrán que buscar nuevas estrategias para denostarlo.


Los ultras de las principales corrientes ideológicas deberían saber que el inquilino de Palacio Nacional es inamovible en su comportamiento como “animal político”. Ni unos ni otros podrán hacerlo girar en ningún sentido. Él tiene muy claro el rumbo a seguir durante su mandato, definido en lo que bautizó como Cuarta Transformación; en ésta no tienen cabida políticas públicas improvisadas, aunque insidiosamente unos y otros pretendan sacarla de su carril.


LA ÉLITE EMPRESARIAL EMPIEZA A VALORAR AL MANDATARIO


Los miembros de la élite empresarial ya están convencidos de que López Obrador no se deja llevar por sus pasiones sino por sus conveniencias políticas. Han visto que nada es más ajeno a él que las ideas y prácticas socializantes; sus convicciones nacen del liberalismo decimonónico, pero adecuándolo al marco económico y social del presente. Esto lo tienen muy claro los principales asesores del presidente Donald Trump, de ahí su actitud tan cordial durante su encuentro con López Obrador.


El problema por resolver es que los ultras de izquierda no entienden que López Obrador no llegó a la Presidencia de la República para establecer un régimen socialista, sino para resolver las contradicciones enormes e insalvables del régimen neoliberal, las cuales de continuar habrían liquidado la viabilidad de una nación gobernable y estable. Baste imaginar cómo estaría el país con la corrupción reactivada por la pandemia, la impunidad sin control y el olvido de mínimas responsabilidades sociales que caracterizó a la tecnocracia neoliberal.


ILUSORIA LA APUESTA DE LOS ULTRAS EN FAVOR DEL FRACASO

Por eso fue ilusoria la apuesta de los ultras en favor de un sonoro fracaso del encuentro entre ambos mandatarios, igual de pragmáticos pero diametralmente opuestos en su concepción del servicio público. Para ambos fue positiva la reunión, cada quien en su respectivo contexto político coyuntural. El discurso del mandatario mexicano no pudo haber sido más explícito: “Fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos… Lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido el consejo de George Washington, quien advertía que las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos. Usted no ha pretendido tratarnos como colonia sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente”.


No cabe mayor sutileza para decir cómo podemos seguir siendo “amigos”, independientemente de la importancia del T-MEC (o precisamente por éste mismo acuerdo comercial). Asimismo, no dejó pasar la oportunidad para externar la preocupación por el mal trato a los connacionales que viven en Estados Unidos, casi 38 millones de personas: “Se trata de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada… que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación”.


EL RETO ES AFIANZAR EL GOBIERNO INTERNAMENTE

Trump dejó a un lado sus desplantes y actitudes xenófobas para aceptar lo dicho por su homólogo mexicano: “La gente apostaba en contra de esta relación, pero jamás ha sido más estrecha, más cercana… estamos haciendo un trabajo tremendo juntos… ambos hemos sido electos para luchar contra la corrupción, retornar el poder a los pueblos y fortalecernos como países”.


Ahora, el principal reto para el mandatario mexicano es afianzar su gobierno internamente, problema serio por estar perdiendo la oportunidad de fortalecer sus organizaciones políticas, su base social, compromiso ineludible para que la 4T siga su marcha sin tropiezos, como sería el caso de no atender esta falla suicida. La fortaleza derivada del encuentro con Trump tendrá sentido si es encauzada a superar esta anomalía.


guillermo.favela@hotmail.com

Twitter: @VivaVilla_23




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