Libertad Diario
DISCURSO EN LA ONU: MENSAJE DE ESPERANZA
Guillermo Fabela Quiñones

APUNTES…
El discurso del presidente López Obrador en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, abrirá un debate sobre temas cruciales que cuestionan el papel del máximo organismo mundial en esta etapa decisiva para la humanidad. Unos dirán que no era el foro idóneo para sus planteamientos, otros señalarán que no profundizó en las causas de los problemas denunciados, algunos más lanzarán críticas acerbas a su visión sobre los métodos para mitigar la pobreza, la desigualdad y la corrupción, pero al final quedará en evidencia un hecho incuestionable: la seguridad del planeta depende, con mucho, de que la ONU cumpla cabalmente el objetivo para el que fue creada en 1945.
El recibimiento que le dieron miles de connacionales en Nueva York, adonde acudieron de diversos estados de la Unión, es un mensaje que ilustra sobre una realidad incontrovertible: le brindaron su apoyo para patentizar su rechazo a un régimen que los obligó a salir de México por la falta de oportunidades y de expectativas para una vida mejor. En López Obrador ven a un dirigente que con irreductible tesón venció una maquinaria organizada para saquear el país, exacerbar la inseguridad pública y la violencia y magnificar una desigualdad que polarizó a la sociedad y puso fin a la movilidad social que aseguraba estabilidad y gobernabilidad.
INCREMENTO DE REMESAS, SOLIDARIDAD CON MEXICO

El notable incremento de las remesas que envían a México no sólo es consecuencia de la recuperación del empleo en la nación vecina, sino de la confianza que tienen los migrantes mexicanos en un mandatario que ha podido sortear presiones de todo tipo, orientadas a debilitar su gobierno y llevarlo a un fracaso que abra de nuevo las puertas a los privilegiados del régimen tecnocrático entregado al saqueo, a la prevaricación y al desmantelamiento de la economía nacional con una finalidad mercantil ciento por ciento, bajo el falaz argumento de que el progreso estriba en el libre mercado, no en la rectoría del Estado como factor de equilibrios y racionalidad económica.
Cómo no estar de acuerdo en sus palabras al inicio de su alocución: “Estamos en decadencia porque nunca antes en la historia del mundo se había acumulado tanta riqueza en tan pocas manos mediante el influyentismo y a costa del sufrimiento de otras personas, privatizando lo que es de todos o lo que no debe tener dueño, adulterando las leyes para legalizar lo inmoral, desvirtuando valores sociales para hacer que lo abominable parezca negocio aceptable”.

LA SEGURIDAD NO DEPENDE DE LA CARRERA ARMAMENTISTA

Acaso es mentira que, como apuntó: “El espíritu de cooperación pierde terreno ante el afán de lucro y, con ello, nos deslizamos de la civilización a la barbarie y caminamos como enajenados, olvidando principios morales y dando la espalda a los dolores de la humanidad”. ¿No se creó la ONU precisamente para evitar una nueva caída en la barbarie hitleriana? Sin embargo, siete décadas después las grandes potencias occidentales, imbuidas por la codicia y el afán de apuntalar su hegemonía, una vez que fracasó el modelo soviético, reinventaron reglas económicas más eficaces para acumular riqueza y explotar más hábilmente a los países en desarrollo.
En su mensaje en el Consejo de Seguridad, queda de manifiesto que un tema tan preocupante trasciende la carrera armamentista. El mundo no estará seguro mientras subsistan condiciones que dan margen a la guerra, tanto al interior de los países como entre bloques antagónicos. De hecho, su crítica a la ONU sobre su incompetencia para atajar la pobreza y la marginación, se quedó corta; pero como afirmó, “nunca es tarde para ejercer justicia”. En este sentido, también se vio débil su planteamiento de que el Banco Mundial y el FMI participen más activamente en la lucha contra flagelos que propiciaron con sus políticas neoliberales. Con todo, sus propuestas evidencian el largo camino que falta por recorrer para que en el mundo haya una elemental justicia.
Twitter: @VivaVilla_23

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