Libertad Diario
¿Cómo identificar a un traidor?
Por: Berna Valle

En este mundo -al que quisiéramos llamar con todo nuestro corazón- “pos”- neoliberal, persisten por todos lados los tatuajes que el modo neoliberal corrupto nos dejó como marca cultural. Algunos incluso tienen el atrevimiento de decir ¡Así es la vida! Pero al igual que nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, me niego a vivir en un mundo sádico, porque la esperanza aún existe.
A partir del enorme triunfo del 2018 que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y cuyo arrastre lopezobradorista permitió que muchísimos candidatos obtuvieron la victoria, Morena se convirtió en la mayor fuerza política de este país.
Eso nos trajo un enorme presupuesto al partido y la posibilidad de reconstruir la vida pública del país por medio del Pacto Político entre diversidad y pluralidad de izquierdas. Gracias a la pluralidad, hoy tenemos dos poderes trabajando en conjunto: el ejecutivo y el legislativo. Además, la enorme estatura moral que tiene nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, y con la transformación que está operando su equipo de trabajo, nos da la posibilidad como partido, de arrasar por completo en las elecciones de éste y de los años venideros.
Morena, por dónde se le vea es un gran tesoro, porque lo formamos entre todos y a diferencia de otros partidos, todos los que sumen a los principios de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México, son bienvenidos. Aquí no tienes que ser masón, caballero de colón, o provenir de una familia de abolengo para poder aspirar a un cargo importante, sólo se requiere 90% honestidad, liderazgo social y compromiso con el pueblo. Al menos eso dice el Estatuto.
Pero como ocurre con todos los cuentos de hadas, como el anillo del poder de Sauron, la espada excalibur, o el oro de los mesoamericanos, la envidia carcome el corazón de los justos.
¿A quién no se le antoja poseer todo el poder? Esta fuerza atractiva que crea Morena ha llevado a algunos militantes a expresar que sólo unos poquitos deben decidir sobre la dirigencia del partido: se autodenominan los “puros”, los auténticos morenos, los revolucionarios de ADN.
Con mucha pena, debo reconocer que mis compañeros “puros” no comprenden qué es el sujeto social de una izquierda plural. La izquierda plural no es de una pureza racial, ideológica o histórica. Para empezar, todos somos lopezobradoristas y eso nos hace un tipo de izquierda muy peculiar. Aprendimos a vivir con las batallas perdidas, aceptamos la legalidad por encima de nuestro enojo con la imposición de dos fraudes y un desafuero. Nos organizamos, una vez, otra vez y otra vez. Nunca nos rendimos y nunca hicimos berrinches. Gracias a nuestros mejores cuadros, a nuestra constancia, disciplina y necedad, ganamos de tal forma que no hubo como negarnos el triunfo.
La dirigencia interina de Morena, concebida en las bases de “intelectuales chic” del zapatismo, sigue sin entender la trascendencia que Morena posee: un mundo donde quepan muchos mundos.
Los mismo errores políticos que cometieron personajes como Héctor Díaz Polanco o Enrique Dussel cuando diseñaron el discurso sectario de la Otra Campaña del EZLN en tiempos del desafuero contra Andrés Manuel López Obrador; o Alfonso Ramírez Cuéllar cuando tuvo la presidencia del PRD y fue persecutor de Andrés Manuel López Obrador hasta expulsarlo de esa izquierda; ahora quieren venir a repetirlo en Morena.
No comprenden que este partido-movimiento no es el EZ ni el PRD. Ellos actúan con un afán en el más puro sentir neoliberal: solo quieren poseer el poder pensando de manera ilusa, que toda esa potencia puede ser poseída o controlada en una simulación denominada “asamblea general” o democracia popular.
Sus estrategias de convencimiento se basan en la infodemia y denostación de los personajes políticos que decidieron no actuar como ellos, ni con ellos. Así fue como actuaron desde el zapatismo intelectual y el perredismo chuchista. Todavía no entienden que esa potencia de Morena es una propiedad emergente, producto de la sinergia que surge en la complementariedad de las voluntades.
Interinos pero espurios
Hoy Alfonso Ramírez Cuellar, nos viene a decir que hay un “despojo partidario” por el TEPJF. Y creo que el señor no pudo haber usado una expresión más adecuada, porque justamente así es como miles de militantes y simpatizantes de la Cuarta Transformación, nos sentimos desde febrero de 2020, cuando el TEPJF nos impuso a un conjunto de personajes como el Dr. Enrique Dussel, que ni siquiera son militantes de Morena, o el presidente interino cuyo origen es la corriente de Chucho Ortega. Sin duda, llamarlo “CEN interino” fue incorrecto, el nombre adecuado debió ser CEN espurio.

El CEN espurio promovió una intensa campaña de seis meses, liderada por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia y el Instituto de Formación Política, llena de sectarismo y odio contra todo lo que no es Bertha Luján. Es cierto que Bertha Luján gozaba de la preferencia del presidente, quizás hasta alguna vez la vio como una buena candidata para presidir el partido - aunque hoy eso es difícil de creer-. Sin embargo, el poder la corrompió por completo. Su caída se resume en la insistencia de hacer uso del poder para darle trabajo a sus dos hijas, poner al esposo como asesor de la hijasecretaria de Estado.
Bueno, ¡hasta el sobrino consiguió chamba como asistente personal de Alfonso Ramírez! Cuando se le acabó la familia fue con los compadres y comadres, amigos, los familiares de los amigos, haciendo un uso descarado del nepotismo e influyentismo.
A tal grado que los priistas se sonrojarían del atrevimiento. Eso sí, le prometió a sus seguidores que primero son las bases. Pero ninguna de esas incautas voluntades fue considerada para los puestos y cargos que han estado repartiendo los últimos seis meses.
La estrategia de “consolidación” de este grupo de personajes tristemente célebres, fue crear una entidad que permitiera el adoctrinamiento al más puro estilo de su contemporáneo Charles Manson.
Así nació el Instituto de Formación Política ¡en donde sólo se leen los libros de un monero! Se desconocen las leyes, incluso se llama a la desobediencia de ellas, se fomenta el odio a todos los actores políticos que sean contrarios a la facción de Bertha Luján y la nada neutral Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, dirigida desde hace un sexenio, por el intelectual orgánico del EZLN, Héctor Díaz Polanco.
El ejemplo más deplorable es la campaña sucia que impulsaron contra Yeidckol Polevnski desde los círculos de estudio con base a información falsa y sin evidencias.
Gabriel García también se sumó a este proyecto de atacar a los liderazgos del partido en su aspiración personal -y me permito decir ridícula- de ser presidenciable. Se le ocurrió, la no menos infantil idea, que si reducía el padrón de Morena a los “puros”, podría tener un mejor control de las voluntades, apelando a la pureza ideológica, como si fuéramos nazis… Porque como aquí lo hemos expuesto, Morena es una fuerza que no puede poseerse. Al Tribunal no le dieron más opción de optar por una salida política, en lugar de una salida legal, porque la salida legal era cancelar el registro del partido. Fue así como le permitió a Alfonso Ramírez quedarse, a pesar de que el Congreso Extraordinario del 26 de enero fue a todas luces fraudulento, por decir lo menos.
Y sabiendo eso el Tribunal le confío a Alfonso Ramírez ocupar la presidencia interina con el único fin de hacer la renovación, tal como lo pidió el presidente de México, por encuesta abierta al pueblo. Pero ya como interino, Alfonso Ramírez se dedicó a hacer de todo, excepto la renovación de la dirigencia.
Priorizó un linchamiento mediático contra Yeidckol Polevnski de la forma más sucia y vil. La cual el CEN interino aceptó y aplaudió con lujo y descaro. Al igual que el CEN interino, un conjunto de consejeros de Morena, autodenominados “Consejo Nacional” (a pesar de no contar con quórum y muchos, ni siquiera ser consejeros) aplaudieron y avalaron la violencia política de género contra la compañera Yeidckol Polevnski.
Reiteraron su compromiso con seguir adelante con la campaña sucia y las “denuncias” en los juzgados, que por cierto TODAS han sido desestimadas por carecer de pruebas contra la señalada. Además, este grupito, en un acto de autoritarismo total crearon una comisión de encuestas y elecciones sin ningún consenso.
Nos jodieron. Ni a la derecha se le pudo ocurrir un acto tan despreciable como todo lo que este grupo de “puros” e interinos ha hecho con la vida interna de Morena.
Farsa tras farsa

Para cerrar el breve verano de la sinarquía en Morena; en la farsa del proceso de insaculación de la semana pasada; Alfonso Ramírez se alió con el grupo Universidad que preside ni más ni menos que Osorio Chong.
Todos los candidatos de Hidalgo, resultaron priistas afines a la ideología de ¡Enrique Peña Nieto! Nuevamente dejando fuera a las bases y a los liderazgos locales. No es extraño que el día de hoy las oficinas de la calle de Chihuahua estén tomadas en protesta a esta enorme afrenta a la militancia. Hoy le preguntó al señor Alfonso Ramírez ¿con qué cara se atreve a pedir el apoyo de la población, para perpetuarse en la presidencia de Morena hasta después de 2021? Alfonso Ramírez ha hecho más daño al movimiento que nadie. Sus acciones hacen parecer a la derecha del FRENAA y del BOA unos principiantes.
¿Acaso Ramírez Cuéllar es el verdadero enemigo infiltrado? ¿Le pagó alguien para ser el caballo de Troya? ¿Recibirá algún cheque de alguna agencia norteamericana que actúa contra los movimientos sociales latinoamericanos? Pues no lo sabremos nunca. Yo solo sé que Alfonso Ramírez no me representa, y que para pedir el apoyo político se debe tener estatura moral, y él no la tiene.
No robar, no mentir, no engañar. Alfonso Ramírez Cuéllar ha hecho todo lo contrario, por lo cual es un excelente ejemplo de qué es y cómo se comporta un traidor.
Fuente: Manifiesto21
Por: Berna Valle
@BernaValle1

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